La menopausia trae cambios fisiológicos y hormonales que afectan directamente la salud cardiovascular. El corazón y los vasos sanguíneos, están influenciados por las hormonas, y cuando estas fluctúan, pueden incrementar los factores de riesgo en el desarrollo de  enfermedades cardíacas.

Algunas Estadísticas a considerar

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en mujeres a nivel mundial, siendo responsables de un tercio de todas las muertes. A medida que las mujeres envejecen, su riesgo de enfermedad cardiovascular aumenta, y las cifras sugieren que aproximadamente el 40% de las mujeres postmenopáusicas tienen algún tipo de enfermedad cardiovascular. Esta estadística es alarmante y destaca la importancia de prestar atención a la salud del corazón, especialmente durante y después de la transición menopáusica.

¿Por qué la menopausia aumenta el riesgo cardiovascular?

El estrógeno, una hormona predominante en las mujeres durante sus años reproductivos, tiene un efecto protector en los vasos sanguíneos. Ayuda a mantener la flexibilidad de las arterias, permitiendo que se expandan y contraigan con facilidad. 

Sin embargo, a medida que las mujeres se acercan a la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen drásticamente, eliminando este efecto protector y aumentando el riesgo de ateroesclerosis (endurecimiento de las arterias) y otros problemas cardiovasculares.

Además, la menopausia puede llevar a otros cambios, como el aumento del colesterol LDL (colesterol “malo”) y la disminución del colesterol HDL (colesterol “bueno”).

1. Dieta saludable: Una dieta equilibrada, rica en verduras, frutas, granos enteros y proteínas magras, puede ayudar a mantener niveles óptimos de colesterol y presión arterial. Limitar el consumo de sodio y grasas saturadas es crucial.
2. Actividad física: El ejercicio regular fortalece el corazón y mejora la circulación. Se recomienda al menos 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de actividad intensa cada semana.
3. Dejar de fumar: Fumar acelera la aparición de enfermedades cardiovasculares, especialmente en mujeres postmenopáusicas. Dejar el hábito puede reducir drásticamente el riesgo.
4. Control del peso: Mantener un peso saludable reduce la tensión en el corazón y disminuye el riesgo de hipertensión, diabetes y colesterol alto.
5. Limitar el alcohol: Si bien algunas investigaciones sugieren que el consumo moderado de alcohol puede tener ciertos beneficios para el corazón, el exceso puede ser perjudicial. Es importante limitar su consumo.
6. Manejo del estrés: La meditación, el yoga y las técnicas de relajación pueden ayudar a manejar el estrés, un factor de riesgo conocido para la enfermedad cardiovascular.
7. Revisiones médicas regulares: Es vital hacerse chequeos regulares, controlar la presión arterial, el colesterol y otros indicadores de salud cardiovascular.
8. Terapia hormonal: En algunos casos, la terapia de reemplazo hormonal puede ser beneficiosa para las mujeres postmenopáusicas con alto riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, este tratamiento tiene sus propios riesgos y debe discutirse exhaustivamente con un médico.

En conclusión

La menopausia es una etapa inevitable en la vida de todas las mujeres, pero su impacto en la salud cardiovascular es significativo y merece atención. Adoptando un estilo de vida saludable, siendo proactiva y manteniéndose informada, una mujer puede navegar por esta transición de manera efectiva, reduciendo su riesgo cardiovascular y viviendo una vida plena y saludable. Es fundamental empoderar a las mujeres con el conocimiento y las herramientas necesarias para proteger su corazón durante y después de la menopausia.